La Sabina

La Sabina de Fuentes Claras

La sabina albar es la única conífera autóctona capaz de formar bosques en la comarca del Jiloca. Bosques que, si bien no son muy extensos ni muy puros, si que presentan un indudable interés ecológico. Es todavía más resistente que la carrasca a la sequía, al frío invernal y al calor sofocante estival, por lo que la sustituye en aquellos enclaves en los que se acentúan las condiciones de continentalidad.

La Sabina de Fuentes Claras es un árbol solitario que se localiza en mitad de un campo de cultivo, en pleno glacis de acumulación izquierdo del río Jiloca, y en el lado izquierdo de la rambla de Cañamaría.

Posee tres pies o troncos que parten de la misma base, el diámetro de cada uno de estos troncos, tomado a la altura del pecho, es de 0,54 metros, 0,57 metros y 0,75 metros. Tiene 13,2 metros de altura, 14,3 metros de diámetro mayor y 10,8 metros de diámetro menor en su copa.

En el pueblo se habla de que puede llegar a tener 3.000 años. También se cuenta que en la Guerra Civil los habitantes del pueblo querían cortar la sabina para calentarse y, de hecho, llegaron a cortarle una de sus ramas. Los mandos del ejército, cuando se enteraron, se opusieron ya que era un punto cartográfico importante por ser una referencia para los aviones que sobrevolaban esta zona.